Luego de la muerte de un soldado en la conflictiva zona del Valle de los Ríos Apurímac y Ene (VRAE), el primer ministro Oscar Valdés, expresó que este hecho no detendrá al Estado en su lucha contra la subversión, y aseguró que el Gobierno del presidente Ollanta Humala, cumplirá con la promesa de vencer al terrorismo, y lograr la ansiada pacificación.
“El atentado del día de hoy no nos amilana y vamos a continuar sobre la marcha, tenemos muy claro el objetivo que ha dado el Presidente de la República de que al 2016 tenemos que tener el VRAE pacificado”, indicó el premier luego de llevarse a cabo la reunión del Consejo de Ministros en Palacio de Gobierno.
Valdés recordó que el Gobierno ha cumplido con la promesa de capturar al cabecilla de senderista Florindo Flores Hala, mejor conocido comocamarada “Artemio”, en el Huallaga luego de un extenso seguimiento.
“No tengo la menor duda de que al 2016 vamos a pacificar el VRAE y esos delincuentes terroristas que hoy atentan contra los jóvenes oficiales de las Fuerzas Armadas los vamos a poner a buen recaudo”, dijo el Valdés.
El Ejecutivo no descartó que este atentado sea una reacción de los remanentes terroristas frente a la nueva estrategia aplicada por el gobierno para pacificar el VRAE, la cual incluye no solo operaciones de interdicción militar, sino también una clara intención por atender las demandas sociales de la población más pobre.
Además del ataque terrorista el Consejo de Ministros a través del titular de Justicia Juan Jiménez, planteó que debe tipificarse en el Código Penal el delito de minería ilegal como parte de la política de lucha contra las actividades que afectan el medio ambiente, y el fisco nacional.
De acuerdo a la propuesta, la nueva figura tendrá una pena de 4 a 8 años de cárcel cuando el delito se cometa en su forma típica, y de 8 a 10 años, en su modalidad agravada.
Jiménez agregó que la norma no solo plantea la pena, sino también la posibilidad de que los pequeños mineros y los mineros artesanales legalicen sus operaciones, o en su defecto, abandonar la informalidad para dedicarse a otras actividades.