El sol se transformó en un resplandeciente anillo lunar que alumbró el cielo de Australia y una franja del Pacífico occidental. El espectáculo celeste fue el segundo visible desde el norte de Australia en los últimos seis meses.
En esta oportunidad, la luna se encontraba más lejana de la Tierra y no alcanzó a cubrir completamente el disco solar. Oscureció aproximadamente el 95% de su superficie.
La franja en la que fue visible el ocultamiento, de 200 km de ancho, cruzó Australia Occidental, el Territorio del Norte y parte de Queensland. También fue perceptible en Papúa Nueva Guinea, las islas Salomón, Kiribati y en una amplia porción deshabitada del Pacífico.
Además, personas de diferentes partes del mundo pudieron observar el eclipse gracias a la Cámara Espacial Slooh que transmite en vivo el fenómeno vía internet con el objetivo de que todos los interesados puedan apreciarlo donde sea a pesar de la ubicación geográfica.