Tras el partido ante Uruguay, los seis futbolistas españoles denunciaron la desaparición de sus pertenencias entre los cuales se encontraban sobres que contenían dinero en cantidades de hasta mil euros.
Los jugadores se hospedaban en el hotel de concentración en Recife, en Brasil, y habían dejado dinero en sus carteras en sus respectivas habitaciones individuales, mientras que el resto lo guardaban en la caja fuerte o escondido en sus maletas.
Gerard Piqué se percató el mismo día en que el seleccionado se iba a dirigir al aeropuerto con destino a Río de Janeiro. Ante la denuncia de los deportistas, el autobús que los trasladaría hasta la base aérea tuvo que retrasar la salida.