En un largo discurso ante los cardenales y obispos del país con más católicos del mundo, el Sumo Pontífice instó a la Iglesia brasileña a reconquistar a los fieles que optaron por la Iglesia Evangélica o abandonaron toda religión.
Hay que recuperar a quienes "buscan respuestas en los nuevos y difusos grupos religiosos" y "en aquellos que parecen vivir ya sin Dios", dijo el Papa Bergoglio, llamando a los representantes de la fe a buscar la simpleza y proximidad de contacto con la gente.
Como se sabe la Iglesia ha registrado una disminución de la cantidad de fieles desde hace más de tres décadas. En 1970 concentraba un 91,8% de la población, mientras que en el 2010 descendió hasta un 64,6%. En cambio, los evangélicos, apoyados de su manejo de los medios de comunicación, redes sociales y templos aumentaron de 5,2% a 22,2% de la población.
Sin embargo, el papa Francisco también realizó una autocrítica señalando que "tal vez la Iglesia se ha mostrado demasiado débil, demasiado lejana de sus necesidades, demasiado pobre para responder a sus inquietudes, demasiado frías para con ellos. demasiado autorreferencial , prisionera de su propio lenguaje rígido".
Finalmente, también criticó la globalización y sus "intentos fallidos de encontrar respuestas en la droga, el alcohol, el sexo, que se han convertido en otras tantas prisiones", aunque también estimó que ésta tiene un aspecto positivo para algunas naciones.
