Las recientes controversias en programas cómicos peruanos han vuelto a poner sobre la mesa la discusión sobre los límites del humor y el respeto hacia los demás. La denuncia de Samantha Batallanos sobre un presunto hecho ocurrido durante el show de Miguel Moreno encendió la alerta sobre la normalización de la burla y la cosificación en la televisión nacional. Este caso, sumado al enfrentamiento entre Edwin Sierra y un cantante argentino, ha generado un llamado a la reflexión sobre la evolución del entretenimiento en el país.
El humor en crisis: entre la risa y el respeto
Durante décadas, los espacios humorísticos en el Perú recurrieron a estereotipos, chistes sobre el cuerpo y la sexualización de la mujer como parte de su fórmula. Sin embargo, en un contexto más sensible y consciente, este tipo de contenido ya no pasa desapercibido. La reciente escena protagonizada por Edwin Sierra, quien hizo comentarios sobre el físico del artista Juancito, integrante de la agrupación argentina Marilyn, evidenció la falta de empatía que aún persiste en algunos formatos. El músico reaccionó con firmeza al señalar que no encontraba gracia en las bromas sobre su apariencia y decidió abandonar el set.
Figuras del humor nacional como Mariela Zanetti y Luigi Carvajal reconocen que, en el pasado, ese tipo de rutinas eran aceptadas como parte del espectáculo, pero admiten que hoy el panorama es distinto. Sanetti recordó que la exposición física era vista como algo natural dentro del show, mientras que Carvajal destacó que actualmente existe mayor cuidado para no vulnerar la dignidad de las personas, especialmente al abordar temas de raza, género o apariencia.
A pesar de los avances, los episodios recientes demuestran que aún hay una deuda pendiente con el respeto en la comedia peruana. Reeducar la mirada del público y de los propios creadores de contenido implica reconocer errores del pasado y adaptar el humor a los tiempos actuales. El desafío está en seguir haciendo reír sin humillar, sin perpetuar estigmas y sin convertir la burla en una costumbre disfrazada de entretenimiento.


