Investigadores del CSIC han desarrollado unas nanopartículas magnéticas con interferón-gamma que, dirigidas con unos imanes a la zona del tumor, promueven la reducción de lo tumores en tamaño sin apenas generar efectos secundarios.
Este método, probado en ratones y patentado por el CSIC, se publica en la revista especializada 'Biomaterials'. Los autores del trabajo son el grupo liderado por el doctor Domingo Barber, del Centro Nacional de Biotecnología del CSIC.
Ha colaborado el Departamento de Biología de la UAM, del de Biomateriales y Materiales Bioinspirados del ICMM (CSIC) y del de Ciencia y Tecnología de Materiales y Fluidos de la Universidad de Zaragoza.
El objetivo de este estudio era potenciar el sistema inmunitario del paciente para que pudiera luchar contra las células tumorales y eliminarlas sin afectar a las sanas, pues tanto la radioterapia como la quimioterapia atacan a células cancerígenas y a células sanas, por lo que los tratamientos actuales generan muchos efectos secundarios.
Entre los componentes del sistema inmune más prometedores para desarrollar este nuevo tipo de tratamiento se encuentran las citoquinas, proteínas capaces de atraer a las células del sistema inmune y regular su actividad.
Entre las citoquinas, el interferón-gamma es una de las más eficaces, ya que no sólo favorece la detección y posterior eliminación por parte del propio sistema inmunitario del paciente, sino que posee otros efectos que impiden el desarrollo de las células tumorales.
Hasta ahora el principal problema para usar este tipo de sustancias como tratamiento era conseguir que llegasen en cantidad suficiente a la zona en la que se encuentra el tumor sin que fueran tóxicas para el resto del organismo.
Al unir estas moléculas a la superficie de nanopartículas magnéticas se evita este problema, pues las nanopartículas magnéticas pueden ser dirigidas a las zonas concretas donde se encuentra el tumor, de forma que el fármaco se concentra sólo en esa región.
Este método ha sido probado en ratones y ha conseguido reducir de forma muy marcada el tamaño de ciertos tumores sin efectos secundarios detectables, pues la mayor parte del interferón-gamma se localiza en la zona del tumor, atrayendo a las células inmunes y produciendo otros efectos, como una reducción de los vasos sanguíneos que llevan el oxígeno y el alimento necesario para la supervivencia de las células tumorales, lo que dificulta que el tumor crezca y se expanda.
El sistema ha resultado ser eficaz, tanto contra tumores generados mediante inyección de células tumorales como contra los producidos por sustancias químicas, según informa la agencia SINC.
En ambos casos, los resultados obtenidos sugieren que este sistema podría ser de gran utilidad para el tratamiento no sólo de tumores, sino de cualquier otra enfermedad en la que sea necesario la administración local de medicamentos, sin generar efectos secundarios.