La investigación, realizada por científicos de Johns Hopkins Medicine y publicada en The Proceedings of the National Academy of Sciences, indica que este compuesto puede ayudar a proteger las células cerebrales envejecidas del deterioro neurológico, uno de los principales factores detrás de la pérdida de memoria y el deterioro cognitivo. En Estados Unidos, el Alzheimer se diagnostica cada año en alrededor de 500 mil personas.
Según los investigadores, el sulfuro de hidrógeno participa en la señalización celular del cerebro. Sin embargo, con el envejecimiento, el organismo reduce su capacidad de producirlo, lo que podría dejar a las neuronas más expuestas al daño progresivo.
Pruebas en modelos de Alzheimer
Para evaluar sus efectos, el equipo utilizó ratones genéticamente modificados para reproducir características del Alzheimer humano. A estos animales se les administró un compuesto liberador de sulfuro de hidrógeno llamado NaGYY, que distribuye el gas lentamente por el cuerpo.
Tras 12 semanas de tratamiento, los ratones fueron sometidos a pruebas cognitivas y motoras. Los resultados mostraron que el grupo tratado presentó una mejora del 50 % en memoria y función física en comparación con los ratones que no recibieron el compuesto. Además, se observó mayor actividad y un mejor desempeño en tareas de recuerdo.
“Los resultados muestran que los efectos conductuales del Alzheimer podrían revertirse al introducir sulfuro de hidrógeno”, señalaron los autores del estudio.
Por qué es importante el sulfuro de hidrógeno
El cuerpo humano produce pequeñas cantidades de este gas para regular distintos procesos biológicos. Una enzima clave en este equilibrio es la glicógeno sintasa quinasa beta.
Cuando los niveles de sulfuro de hidrógeno disminuyen, esta enzima puede unirse de forma excesiva a la proteína Tau, favoreciendo la formación de acumulaciones dentro de las neuronas. Estos cúmulos bloquean la comunicación entre células nerviosas y, con el tiempo, provocan su muerte, un proceso característico del Alzheimer.
Aunque los hallazgos son prometedores, los investigadores advierten que se trata de resultados preclínicos, por lo que aún se requieren más estudios antes de evaluar posibles aplicaciones en humanos.


