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Hace 4 horas

El cerebro guarda lo que siente: descubren cómo las emociones fortalecen la memoria

Un estudio de la Universidad de Boston demuestra que los recuerdos insignificantes pueden volverse duraderos al vincularse con experiencias emocionalmente intensas.

El cerebro guarda lo que siente: descubren cómo las emociones fortalecen la memoria

Un estudio de la Universidad de Boston demuestra que los recuerdos insignificantes pueden volverse duraderos al vincularse con experiencias emocionalmente intensas.




Un reciente estudio científico ha revelado cómo el cerebro logra rescatar ciertos momentos cotidianos que parecían destinados al olvido y transformarlos en recuerdos duraderos. Según la investigación, publicada en la revista Science Advances, los eventos cargados de emoción actúan como una especie de ancla que refuerza recuerdos anteriores o posteriores, incluso si estos eran en apariencia triviales o carentes de importancia.

Los científicos de la Universidad de Boston comprobaron que las experiencias comunes ganan fuerza en la memoria cuando se asocian con situaciones emocionalmente significativas, como una sorpresa, una recompensa o un suceso de fuerte impacto. De acuerdo con el investigador Chenyang Lin, el cerebro "recupera gradualmente los recuerdos débiles guiándose por su similitud con los eventos emocionales", lo que abre la posibilidad de desarrollar tratamientos para mejorar la memoria o estrategias pedagógicas que faciliten el aprendizaje.

Las emociones como motor de la consolidación de recuerdos

El equipo liderado por Robert Reinhart subraya que la memoria humana no funciona como un simple archivo de grabaciones, sino como un sistema selectivo que da prioridad a lo que considera relevante. En los experimentos, que involucraron a unas 650 personas, se utilizaron imágenes con distintos niveles de recompensa para medir cómo los estímulos afectivos influyen en la consolidación de recuerdos. Los resultados mostraron que los sucesos posteriores a un evento emocional intenso son más fáciles de recordar, mientras que los anteriores pueden reforzarse si comparten algún elemento visual o conceptual con ese momento clave.

Para los investigadores, esta “priorización gradual” explica por qué ciertos recuerdos ordinarios se vuelven inolvidables cuando se asocian con una emoción poderosa. Además, sugieren que esta dinámica podría aplicarse en el ámbito educativo, combinando materiales emocionalmente atractivos con contenidos difíciles de retener, o en la neurociencia clínica, para fortalecer recuerdos útiles o debilitar los dañinos.


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