La pandemia de COVID-19 cambió por completo los hábitos de millones de niños en el mundo. Las clases virtuales, los juegos en línea y el entretenimiento digital se convirtieron en parte de su rutina diaria. Pero, según un estudio publicado en la Journal of the American Medical Association (JAMA), este nuevo estilo de vida trajo consigo un aumento significativo en la miopía y el astigmatismo. Investigadores analizaron la salud visual de más de 21.000 niños entre 2015 y 2023 y encontraron un crecimiento alarmante en los casos detectados tras el confinamiento.
DATOS PREOCUPANTES
El astigmatismo refractivo pasó del 21.4% al 34.7%, mientras que el corneal aumentó del 59.8% al 64.7%. El estudio también señala que el riesgo de desarrollar estas condiciones creció un 20% y 26%, respectivamente.
En paralelo, la miopía se duplicó entre adolescentes de 17 años. Estos problemas visuales no solo afectan la vista: dificultan la lectura de la pizarra, generan fatiga ocular y pueden perjudicar el rendimiento escolar si no se detectan a tiempo.
CÓMO DETECTAR Y ACTUAR A TIEMPO
El Dr. Huerta señaló a RPP que los padres estar atentos a señales como dificultad para leer la pizarra, acercarse demasiado a los libros o molestias al fijar la vista. Muchos niños no expresan sus síntomas y su bajo desempeño académico podría tener origen en problemas oculares no diagnosticados. Por ello, llevarlos a una evaluación oftalmológica periódica es fundamental para proteger su desarrollo y calidad de vida.