Un estudio de la Universidad Científica del Sur, publicada en la Revista Peruana de Medicina Experimental y Salud Pública, revela que el agua de riego utilizada en importantes zonas agrícolas de Lima Este, proveniente del río Rímac, contiene cepas de Escherichia coli resistentes a varios antibióticos.
La investigación científica pone en alerta a las autoridades y agricultores, ya que el uso de esta agua contaminada podría tener serias implicaciones para la salud pública y la seguridad alimentaria.
“Si bien en niveles bajos, la Escherichia coli puede causar enfermedades de tratamiento sencillo, algunas de ellas tienen factores de virulencia peligrosos. Por ejemplo, en el agua de riego del río Rímac hemos encontrado algunas cepas de E. coli diarreogénicas y estas sí que tienen un riesgo para la salud, causando diarrea en los casos más simples, pero con la capacidad de agraviarse hasta causar bacteremia, una condición que consiste en la presencia de bacterias en la sangre”, advirtió María J. Pons, doctora en biología e investigadora titular de la Universidad Científica del Sur parte del estudio.
La resistencia a los antibióticos se ha convertido en uno de los problemas más críticos de salud pública a nivel global, según la Organización Mundial de la Salud, y su presencia en recursos tan vitales como el agua de riego preocupa a investigadores. La resistencia bacteriana implica que infecciones que antes eran tratables con antibióticos convencionales ahora se vuelven más difíciles de manejar. Se calcula que cada año, estas infecciones causan 700.000 muertes y que este número aumenté a 10 millones en 2050.
¿CÓMO SE HIZO EL ESTUDIO EN EL RÍO RÍMAC?
El equipo de investigadores tomó muestras de agua en 24 puntos de cinco distritos del este de Lima, donde el agua del río Rímac se utiliza para regar cultivos de hortalizas de tallo corto y verduras. Los distritos de Lurigancho, Chaclacayo, Pachacamac, La Molina y Lurín fueron los lugares escogidos por su importante actividad agrícola. El análisis microbiológico se ejecutó en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y los de microbiología molecular y genética en la Universidad Científica del Sur.
Los resultados, ejecutados entre octubre de 2019 y febrero de 2020, mostraron que todas las muestras de agua superaron los límites de calidad permisibles para el riego de cultivos, según las Normas de Calidad Ambiental para el riego de hortalizas.
Los investigadores identificaron la presencia de Escherichia coli en el 79.2% de las muestras. Además, el estudio indicó que los recuentos de coliformes fecales y E. coli en el agua de riego excedían ampliamente los estándares permitidos, lo que refleja un alto nivel de contaminación.
RESISTENCIA A LOS ANTIBIÓTICOS
Uno de los resultados más alarmantes del estudio es que el 72.3% de las cepas de E. coli encontradas eran resistentes al menos a un antibiótico, y el 24.5% de ellas presentaban multirresistencia (MDR), lo que significa que son resistentes a tres o más tipos de antibióticos.
También se identificaron cepas extremadamente resistentes (2.1%), lo que complica aún más los tratamientos médicos en caso de infecciones.
“Si son las bacterias extremadamente resistentes las que te causan la infección, con solo una o dos opciones de tratamiento, tu condición se complica gravemente. Esta es una situación que se encuentra desgraciadamente en la gran mayoría de hospitales del Perú y del mundo, en donde cada vez tenemos menos opciones terapéuticas para más infecciones”, comenta la investigadora.
Entre los antibióticos con mayores niveles de resistencia se encuentran: Ampicilina-sulbactam (57.1%), Ácido nalidíxico (50%), Trimetoprim-sulfametoxazol (35.5%) y Ciprofloxacino (20.4%).
Este tipo de resistencia reduce la efectividad de tratamientos comunes para infecciones bacterianas y sugiere la posibilidad de diseminación de bacterias difíciles de tratar a través de los alimentos regados con esta agua.
GENES DE RESISTENCIA Y PATOTIPOS DIARREOGÉNICOS
El estudio científio también identificó la presencia de betalactamasas de espectro extendido (BLEE), enzimas que permiten a las bacterias resistir a antibióticos avanzados. Además, se detectaron bacterias con resistencia a las quinolonas, una clase importante de antibióticos, a través de los genes qnrB (20.4%) y qnrS (2.04%).
Entre las bacterias encontradas, el 5.3% eran cepas de E. coli diarreogénicas, que pueden causar enfermedades graves en humanos. De estas cepas, el 60% fueron E. coli enterotoxigénicas (causantes de diarrea aguda), mientras que el 20% eran enteropatógenas y otro 20% enteroagregantes, todas con el potencial de contaminar cultivos frescos y transferirse a los consumidores.
¿CUÁLES SON LAS IMPLICACIONES PARA LA SALUD PÚBLICA?
Este descubrimiento es especialmente preocupante para los consumidores de productos frescos como hortalizas y verduras regadas con el agua contaminada del río Rímac, alertó la investigadora. La multirresistencia bacteriana representa un desafío importante, ya que podría dificultar el tratamiento de infecciones graves en las personas que entren en contacto con estos alimentos o con el agua misma.
De acuerdo con la investigación, el agua de riego podría estar jugando un papel clave en la diseminación de genes de resistencia a los antibióticos, un problema de creciente preocupación a nivel global.
Las bacterias resistentes en el agua no solo afectan la salud humana, sino que también suponen un riesgo para la seguridad de la producción agrícola en el país, comprometiendo potencialmente tanto el mercado local como el internacional.
El estudio destaca la necesidad urgente de tomar medidas a nivel local para asegurar que el agua de riego no sea una fuente de propagación de bacterias resistentes y garantizar la seguridad alimentaria en el Perú.