El té de lavanda actúa sobre el sistema nervioso gracias a los compuestos presentes en su aroma y sus componentes bioactivos.
Al inhalar su fragancia y consumir la infusión, se genera una respuesta de relajación en el cerebro, ayudando a reducir los niveles de ansiedad y tensión. Es una excelente opción para quienes buscan aliviar dolores de cabeza, malestares digestivos y tensión muscular derivados del estrés.
Además, este té es reconocido por su capacidad para tratar la ansiedad y la depresión, especialmente en adultos mayores. Expertos sugieren que su consumo regular puede ser un complemento natural para reducir estos síntomas, aunque debe ir acompañado de tratamientos médicos cuando sea necesario.
IMPACTO EN LA CALIDAD DEL SUEÑO
Una de las propiedades más valoradas del té de lavanda es su capacidad para mejorar la calidad del sueño. Sus compuestos favorecen la relajación del sistema nervioso, permitiendo que las personas concilien el sueño más fácilmente.
Investigaciones han demostrado que este té ayuda a prolongar el descanso reparador, siendo una solución eficaz para quienes sufren de insomnio o dificultades para dormir.
Consumir té de lavanda por la noche puede inducir un estado de fatiga que facilita el sueño, logrando así un descanso profundo y regenerador. Su uso es recomendado como parte de una rutina de relajación antes de dormir.