Las empresas Pfizer y BioNTech, socios en la búsqueda de una vacuna contra el COVID-19, avanzan en sus trabajos a una velocidad y niveles de colaboración sin precedentes para abordar la crisis a fin de poner a disposición de las personas esta solución a la pandemia. Las pruebas en humanos están planteadas para finales de abril. BioNTech ya ha sintetizado un conjunto de posibles vacunas de ARN y espera comenzar a realizar pruebas en humanos en un pequeño estudio en Alemania.
Mientras tanto, Pfizer contribuye con su experiencia en investigación especializada, fabricación, pruebas preclínicas y clínicas, así como pruebas serológicas, que miden cómo responde el sistema inmunitario a una vacuna.
De acuerdo a Phil Dormitzer, Vicepresidente y Director Científico de Vacunas Virales del Centro de Investigación de Pfizer en Pearl River, Nueva York, la rápida respuesta ha superado las expectativas. “Nuestros líderes tienen la actitud de poner nuestros recursos a disposición para hacer todo lo posible para ayudar en esta crisis de salud pública. Somos capaces de tomar decisiones para que las cosas puedan suceder lo más rápido posible”, afirma Dormitzer.
En paralelo, los laboratorios están trabajando con los funcionarios de agencias regulatorias con la esperanza que evalúen rápidamente las pruebas de la vacuna, así como ampliar la fabricación, las instalaciones de prueba y el almacenamiento.
“Nuestros socios recurren a nosotros por nuestra experiencia en el desarrollo de vacunas preventivas y nuestras relaciones con organizaciones regulatorias y de salud pública de EE. UU. Abordar esta crisis es nuestra prioridad”, dice Dormitzer.