El asesinato de Myriam Fefer, una destacada empresaria peruana, ocurrido el 15 de agosto de 2006, conmocionó al país y abrió un complejo proceso judicial lleno de controversias, acusaciones y giros inesperados.
La mujer fue encontrada sin vida en su residencia de San Isidro. Según las investigaciones, Fefer había sido estrangulada en su propia cama. Lo que en un inicio parecía un robo, pronto reveló matices más oscuros, cuando las sospechas recayeron sobre su entorno más cercano.
UN CRIMEN QUE FRACTURÓ A UNA FAMILIA
Los hijos de la víctima, Eva Bracamonte y Ariel Bracamonte, se convirtieron rápidamente en el centro de atención mediática. Como herederos naturales de la fortuna de su madre, las investigaciones señalaron posibles motivos económicos detrás del crimen.
El testimonio de Ariel Bracamonte fue crucial en el proceso, acusando directamente a su hermana Eva de ser la autora intelectual del asesinato, supuestamente con la complicidad de su entonces pareja, Liliana Castro. Estas declaraciones dividieron por completo a la familia.
LA DECLARACIÓN DEL SICARIO
En 2010, el sicario colombiano Alejandro Trujillo Ospina fue extraditado al Perú y confesó haber sido contratado para asesinar a Myriam Fefer. Sin embargo, las versiones de Trujillo fueron inconsistentes. Inicialmente, afirmó que el móvil era económico, pero luego sugirió que actuó solo para robar.
A pesar de las dudas, en 2012, Eva Bracamonte fue condenada a 30 años de prisión como autora intelectual del asesinato. Liliana Castro, por su parte, fue absuelta por falta de pruebas.
En 2013, la Corte Suprema anuló la sentencia de Eva Bracamonte debido a irregularidades en el proceso judicial. En un segundo juicio realizado en 2015, Eva fue absuelta de todos los cargos, decisión que generó opiniones divididas. "Estoy muy agradecida con Dios y con mi madre desde el cielo por esta absolución", declaró Eva tras el fallo.
El caso dejó a la familia completamente fracturada. Ariel Bracamonte, quien mantenía su postura de que su hermana fue culpable, se radicó en Estados Unidos. Eva, por su parte, se trasladó a Europa, donde rehízo su vida. A 18 años del crimen, muchas preguntas permanecen sin respuesta.