Desde este jueves, el Instituto Nacional Penitenciario (INPE) inició la aplicación de pruebas de polígrafo a su personal en Lurigancho, el penal más grande del país, como parte de las medidas de control interno tras la ampliación del estado de emergencia en Lima y Callao.
El presidente José Jerí fue quien confirmó el inicio de la medida a través de X. Lurigancho alberga 10 mil internos que conviven en condiciones de hacinamiento. Este penal concentra un alto nivel de riesgo por extorsiones, tráfico de comunicaciones y coordinación de delitos hacia el exterior, lo que convierte a su personal en un foco prioritario para la supervisión.
La iniciativa busca identificar posibles vínculos de los trabajadores con redes criminales que operan desde los penales y reforzar la seguridad en los establecimientos penitenciarios.
La medida se ampara en el Decreto Supremo N.º 124-2025-PCM y es supervisada por el Consejo Nacional de Seguridad Ciudadana (CONASEC). Según el Gobierno, el uso del polígrafo permitirá detectar filtraciones, actos de corrupción y comunicación indebida entre internos y organizaciones delictivas externas.
PROTOCOLO Y LOGÍSTICA DE APLICACIÓN
Las pruebas de polígrafo se aplicarán durante la jornada laboral bajo protocolos del Sistema de Inteligencia Nacional (SINA), con una capacidad inicial de 73 evaluaciones diarias. Aunque el número total de trabajadores que pasarán por la prueba no ha sido precisado, el jefe del INPE, Iván Paredes, adelantó que este procedimiento se extenderá a otros penales conforme avance el plan de control interno.
La operación busca garantizar que los agentes penitenciarios cumplan con sus funciones sin comprometer la seguridad ni permitir que las redes criminales continúen operando desde los penales, en el marco de las disposiciones del estado de emergencia en Lima y Callao.



