En plena crisis de legitimidad y con una desaprobación sostenida en las encuestas, la presidenta Dina Boluarte sorprendió al declarar públicamente que el papa Francisco respaldó su gestión. El anuncio se dio durante un acto oficial con comunidades campesinas, generando reacciones divididas sobre el uso político de esta figura religiosa.
AUDIENCIA BAJO LA LUPA
Durante la ceremonia “Héroes del Campo”, la mandataria se mostró visiblemente incómoda al referirse a los sondeos que la colocan con una alta desaprobación. En ese contexto, Boluarte relató ante decenas de agricultores, que el papa Francisco le dijo durante su audiencia privada que: “Lo está haciendo bien. No se olvide del campesinado peruano. Usted tiene mi apoyo”.
Esta frase fue presentada como una validación internacional a su gestión, aunque no fue incluida en el comunicado oficial del Vaticano tras el encuentro. En su momento, la reunión fue duramente cuestionada por los familiares de las víctimas de las protestas, quienes enviaron una carta a la Nunciatura solicitando que el Papa no la recibiera.
CRÍTICAS DESDE SUS DEUDOS
El grupo de familiares acusó a Boluarte de buscar lavar su imagen ante la comunidad internacional. La misiva recordaba que durante las manifestaciones entre diciembre de 2022 y enero de 2023 murieron más de 60 personas, incluidos seis menores de edad, además de miles de heridos y detenidos. También citaron la encíclica Fratelli Tutti para exigir justicia y recuperar la esperanza “en un mañana mejor”.
Pese a la polémica, la audiencia se concretó. El Vaticano informó en ese momento que la reunión abordó la cooperación entre Iglesia y Estado, así como temas como migración, cambio climático y paz social. Sin embargo, el supuesto respaldo personal que ahora revela Boluarte no fue mencionado oficialmente.
Según TV Perú, el encuentro duró aproximadamente 30 minutos. Durante la cita, se rezó por la paz del Perú y el papa Francisco obsequió a Boluarte una figura de bronce de una flor en proceso de florecimiento, con la inscripción “La paz es una flor frágil”. El gesto fue simbólico, aunque hoy cobra nueva relevancia tras la sorpresiva declaración de la mandataria.
Esta estrategia de comunicación, en medio de una crisis de legitimidad y escasa aprobación ciudadana, abre nuevas interrogantes sobre el uso del respaldo religioso en la política peruana.
