El presidente Pedro Castillo anunció una lucha contra la corrupción sin selectividad. La reciente remoción del ministro de Salud, Jorge López, por una denuncia periodística demuestra una sorpresiva firmeza del mandatario que no se vio en los casos de los exministros como Juan Silva y Geiner Alvarado.
El director de GFP, Jeffrey Radzinsky, opinó que uno de los motivos del cambio en la gestión de Castillo sería la llegada de la misión de la Organización de Estados Americanos (OEA) al Perú.
“Busca tener como un foco de audiencia esta misión de la OEA que va a estar en el Perú y mostrar que hay una reacción aparentemente tajante y rápida frente a denuncias de corrupción”, manifestó también el analista político.
“Si un gobernante quiere cambiar el rumbo de su gobierno lo que son fundamentalmente dos cosas. La primera es tener un equipo que refleje ese cambio y la segunda es establecer prioridades no gubernamentales. Yo no veo ninguno de los dos presentes en el gobierno de Pedro Castillo”, agregó.
UN ARMA DE DOBLE FILO
Sin embargo, esta nueva postura presidencial ante la llegada de la OEA para Radzinsky puede resultar en un arma de doble filo “porque le suma a el discurso a la narrativa de victimización”.