El centro penitenciario Miguel Castro Castro, conocido por albergar a peligrosos cabecillas de diversas organizaciones criminales, abrió sus puertas a un equipo periodístico de Panorama, que pudo presenciar de cerca cómo se vive un día de visitas. Desde tempranas horas, mujeres y menores de edad llegaron para ver a sus familiares recluidos, pero antes debieron atravesar un riguroso sistema de seguridad.
Los visitantes pasaron por al menos tres niveles de control, cada uno con medidas más estrictas que el anterior. agentes del Instituto Nacional Penitenciario (INPE) emplearon equipos especializados y hasta perros muy bien entrenados para detectar sustancias prohibidas, como drogas o aparatos electrónicos ocultos, que podrían alterar la seguridad de este centro penitenciario.
Durante la inspección, se detectó un intento de ingresar droga camuflada dentro de granos de maníes, un método cada vez más frecuente entre quienes buscan burlar la seguridad del penal. Gracias al olfato preciso de los canes adiestrados, la sustancia fue incautada a tiempo y la persona implicada recibió una sanción administrativa que le prohíbe el ingreso temporal al recinto.
PROTOCOLOS DE SEGURIDAD
El centro penitenciario Miguel Castro Castro continúa siendo uno de los centros penitenciarios más vigilados del país. Con sistemas de detección avanzados, personal altamente entrenado y un protocolo estricto, los agentes del Instituto Nacional Penitenciario (INPE) buscan garantizar la seguridad interna y prevenir que el crimen organizado y la delincuencia sigan operando desde el interior de los pabellones.