En un operativo sin precedentes, agentes de la Dirección Antidrogas (Dirandro) de la Policía Nacional del Perú incautaron el mayor cargamento de droga registrado hasta la fecha en el país mediante una encomienda postal. El hallazgo se realizó el pasado 31 de marzo en los almacenes de la empresa SAASA, en el Callao, donde se descubrieron más de 72 kilos de cocaína de alta pureza camuflados entre paquetes de maca negra. El destino final del envío era Uganda, en África, y su valor en el mercado internacional supera los dos millones y medio de dólares.
Según detalló el general PNP Reynaldo Santos Villalta, jefe de la Dirandro, la droga fue detectada gracias al trabajo de dos perros entrenados de raza pastor belga y pastor alemán, los mismos que marcaron varias cajas sospechosas entre los cientos de envíos en tránsito. El uso de servicios postales es una nueva estrategia de las organizaciones criminales que buscan eludir controles, camuflando la droga como productos naturales para pasar desapercibidos.
La modalidad empleada en esta operación revela la creciente sofisticación del narcotráfico en el Perú. Además del caso de la maca negra contaminada, los agentes también detectaron cocaína oculta en cajas de dulces tradicionales peruanos, como los turrones de Doña Pepa. Esta práctica, cada vez más común, ha encendido las alertas en las autoridades antidrogas, que ahora enfrentan nuevos retos frente al ingenio criminal que intenta burlar los sistemas de control en puertos y almacenes logísticos.
INVESTIGACIONES EN CURSO
El operativo no solo frustró un millonario envío internacional de droga, sino que también reveló la ruta que conecta al Valle de los Ríos Apurímac, Ene y Mantaro (Vraem) —zona productora de hoja de coca— con el mercado africano. Las investigaciones continúan para identificar a los responsables detrás de esta red de narcotráfico internacional, que ha recurrido a vías aparentemente inofensivas, como el servicio postal, para intentar sacar cocaína del país.