Asesinatos planificados han manchado de sangre las calles de nuestra capital en las últimas semanas. Un sobreviviendo narra cómo se salvo de milagro, de un ataque de estos peligrosos sujetos que pertenecen a peligrosas bandas delincuenciales.
Los delincuentes matan por el dominio de las obras de construcción, a pena luz del día y ante la mirada de decenas de personas. Se trata de asesinos a sueldos disfrazados de obreros, pero son mafias que controlan las obras y destruyen a decenas de familias en nuestro país.
En varios distritos se dice que cada obra de construcción tiene su tinta de sangre y la violencia con la que se ejecuta a las víctimas es cada vez más atroz, sin embargo, hay quienes viven para contarlo.