El Estado peruano destina más de tres millones de soles cada día para cubrir los gastos operativos de las 69 cárceles a nivel nacional. Esta cifra equivale a un promedio de S/ 30.00 diarios por cada una de las 101.884 personas privadas de libertad registradas hasta abril de este año. Los fondos cubren principalmente alimentación, servicios de seguridad y otros gastos institucionales, en un contexto marcado por el hacinamiento y la sobrepoblación carcelaria.
A nivel mundial, Perú se encuentra entre los países con mayor congestión en sus penales, ocupando el puesto 19 según el World Prison Brief, con una alarmante tasa de ocupación del 238.1 %. En Sudamérica, el país solo es superado por Bolivia. El número de reclusos continúa creciendo: entre enero y abril del 2025 se sumaron 2.436 nuevos internos. Actualmente, más del 60 % son condenados y el resto aún espera sentencia.
Realidad penitenciaria: perfiles, delitos y situación de extranjeros
Los datos revelan que los reclusos entre 30 y 34 años representan el mayor grupo etario, con más de 18 mil internos. Los delitos con más incidencia incluyen robo agravado, violación sexual y tráfico de drogas. Además, más de 40 mil internos tienen secundaria completa, aunque aún existen más de 1.500 personas que no saben leer ni escribir. Por ello, el INPE ha intensificado sus programas educativos en los últimos años, con el objetivo de mejorar las oportunidades de reinserción social.
Otro aspecto relevante es la presencia de 5.454 extranjeros privados de libertad, la mayoría varones y procesados. Estos enfrentan mayores dificultades dentro del sistema penitenciario debido a barreras culturales y administrativas. Frente a esta situación, el Gobierno ha anunciado la ampliación y mejora de diversos penales en el país, así como la implementación de planes para reducir el hacinamiento, como el programa ‘Libertad 2025’, que contempla liberar a más de 6.000 reclusos con penas menores o que ya han cumplido los requisitos para acogerse a beneficios penitenciarios.