La violencia en Trujillo ha alcanzado un nivel alarmante con una serie de atentados explosivos en distintos puntos de la ciudad. En una sola noche, cuatro ataques de extorsionadores con dinamita afectaron viviendas y negocios, sembrando el miedo entre los ciudadanos y exponiendo la escalada del crimen organizado en la región de La Libertad.
Explosiones en cadena: el terror de los extorsionadores
El primer ataque ocurrió en la intersección de la calle Coronel Gómez y la avenida Miraflores, donde un petardo de dinamita explotó en un local de venta de llantas. Minutos después, otro artefacto estalló en la vivienda de un empresario minero en la urbanización Palermo, causando daños en la infraestructura y generando pánico entre los vecinos.
Según fuentes policiales, la víctima había recibido amenazas previas exigiéndole el pago de 100,000 soles para garantizar su seguridad y la de su familia. Este modus operandi refleja la creciente presión de las bandas criminales que recurren a la violencia para someter a comerciantes y empresarios bajo la amenaza de represalias.
Mientras la Policía Nacional del Perú (PNP) intensificaba operativos en la ciudad, se logró la captura de dos presuntos implicados en los atentados: Carlos Daniel Anticona Llontop (25) y Miguel Fernando Sánchez Salvatierra (20). Ambos fueron intervenidos en posesión de un cartucho de dinamita y una motocicleta, y quedaron a disposición de la División de Investigación Criminal (Divincri).
Sin embargo, la ola de violencia continuó. Un tercer atentado se registró en la avenida Húsares de Junín, en la urbanización La Merced, y poco después, en el distrito de El Porvenir, se reportaron explosiones en dos viviendas. En estos casos, las víctimas también habían recibido amenazas y exigencias de dinero.
Autoridades en la mira: respuestas insuficientes ante el temor ciudadano
Las explosiones han puesto en evidencia la falta de control sobre el crimen organizado en Trujillo, una ciudad golpeada por la extorsión y los ataques selectivos. Pese al estado de emergencia que rige en la región desde hace un año, la violencia no ha cesado y los ciudadanos demandan acciones más eficaces para frenar esta escalada de inseguridad.
En medio de este panorama, el gobernador regional de La Libertad, César Acuña Peralta, generó polémica con sus declaraciones. "En Trujillo de diciembre hasta ahora no hay ningún secuestro. No hay amenazas a empresarios. Ahora lo que hay es bastante extorsión y las bombas en, en... ¿no?", afirmó en un evento público. Sus palabras han sido criticadas por minimizar la gravedad de la crisis de inseguridad, dejando entrever una falta de conexión con la realidad que viven empresarios y ciudadanos.
Según cifras recientes, en los primeros dos meses de 2025 se han registrado al menos 236 asesinatos a nivel nacional, con Trujillo como una de las ciudades más afectadas por el crimen organizado. Organizaciones criminales como "Los Pulpos" continúan operando con impunidad, desafiando los esfuerzos policiales y poniendo en jaque la tranquilidad de la población.