La construcción del megapuerto de Chancay, al norte de Lima, ha generado controversia no solo entre los residentes locales, sino también a nivel internacional. Según un informe del medio británico The Telegraph, la infraestructura, operada por la empresa china Cosco, podría servir como un punto estratégico para la marina china en caso de un conflicto militar con Estados Unidos. Este puerto, parte de la Iniciativa de la Franja y la Ruta impulsada por el gobierno de Xi Jinping, plantea preocupaciones geopolíticas para la región.
UNA INSTALACIÓN COMERCIAL CON POTENCIAL MILITAR
El puerto de Chancay ha sido presentado oficialmente como una infraestructura destinada a facilitar el transporte de materias primas como maíz, soja, cobre y litio desde América del Sur hacia China. Sin embargo, su ubicación estratégica y la presencia de Cosco, una de las empresas más importantes de China, han suscitado inquietudes sobre su posible uso dual: comercial y militar. Según Evan Ellis, experto del US Army War College, el puerto podría ser utilizado para apoyar operaciones militares chinas en el Pacífico, lo que colocaría a Perú en una posición crítica en un hipotético conflicto global.
EL MALESTAR LOCAL Y LAS PREOCUPACIONES INTERNACIONALES
La construcción del puerto ha generado malestar entre los pescadores de Chancay, quienes han visto afectadas sus actividades debido a las explosiones y obras que buscan ganar terreno al mar. Pero más allá de las quejas locales, el proyecto ha encendido alarmas en la comunidad internacional. Analistas advierten que el puerto podría convertirse en una base de apoyo logístico para buques de guerra chinos, especialmente en un escenario de tensión entre China y Estados Unidos. Este tipo de infraestructuras, diseñadas bajo la premisa de “primero civil, después militar”, son parte de la estrategia de Beijing para expandir su influencia global.
El puerto de Chancay forma parte de la Iniciativa de la Franja y la Ruta, un ambicioso proyecto lanzado por Xi Jinping en 2013 que busca fortalecer los vínculos comerciales y económicos de China con más de 140 países. En América Latina, esta iniciativa ha desplazado a Estados Unidos como principal socio comercial de la región. En 2022, el comercio entre América Latina y China alcanzó los 351,000 millones de dólares, superando los 297,000 millones del intercambio con Estados Unidos. La influencia china en la región es evidente y plantea desafíos en términos de soberanía y seguridad para los países involucrados.
El puerto de Chancay, a diferencia de otros contratos portuarios en Perú, será operado por Cosco sin fecha de caducidad, lo que ha generado aún más preocupación sobre la presencia a largo plazo de China en la región. Este hecho, avalado por el Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC), marca un precedente en la legislación nacional y subraya la creciente influencia de China en las decisiones económicas del país.