Los secuestros en el Perú han aumentado descontroladamente, ahora la vida y la libertad de una persona tienen precio para los criminales. Pero esta modalidad delincuencial ahora viene acompañada de un nivel de violencia en contra de las víctimas para marcar el sello de peligrosidad de estas organizaciones criminales.
Es el caso de Paulo Huansi, aquel dueño de una cevichería que fue raptado y a los días fue hallado en una habitación con signos de tortura. Pero, estas agresiones fueron escalando a mutilaciones de diversas partes del cuerpo, es el caso de Cesar Polo, un empresario cajamarquino que después de 48 horas de estar en cautiverio fue abandonado en un descampado con los dedos de la mano cercenados.
Según el general en retiro José Baella, exdirector de la Dircote, existe en particular una organización criminal que estaría detrás de los secuestros en Trujillo, es el caso del empresario que fue arrastrado violentamente por sus captores disfrazados de policías. Se trataría de la banda criminal ‘Los Pulpos’.
Mientras que en la capital, existen diversas bandas criminales descendientes del “Tren de Aragua” y que estarían operando desde los distritos de San Juan de Lurigancho, Comas, San Martín de Porres y La Victoria.
CASO VALERIA
El objetivo de estas mafias serían aquellos emprendedores que tienen un pequeño negocio. El último caso fue el de Valeria, una escolar que fue secuestrada por criminales que planificaron casi a la perfección su delito, inclusive usaron una minivan muy similar a la del vehículo escolar donde Valeria se trasladaba de su colegio a su casa. Tras cinco largos días y después de una negociación, la menor fue liberada por sus raptores en un paradero de Carabayllo.
CIFRAS
Este flagelo que tiene en vilo a los peruanos ha experimentado un crecimiento exponencial desde el 2020, año en que el número de secuestros llegó a 1,698 denuncias. Según cifras de la Fiscalía, en lo que va del año se han reportado más de 3 mil denuncias por secuestro, un número que podría aumentar al acabar el año. En el 2022 se contabilizaron 3,398 denuncias por el mismo delito, mientras que en el 2021 la cifra llegó a 2,860 incidencias por secuestro.