El hoy papa León XIV vivió varias décadas en nuestro país, llegó en 1985 como parte de su misión eclesial, fue enviado a la ciudad de Chulucanas, en la región Piura, y poco a poco por su buen desempeño fue asumiendo distintas responsabilidades hasta ser obispo de Chiclayo.
Tras unos años en la ciudad norteña, el sacerdote Robert Prevost fue destacado al Vaticano donde siguió asumiendo importantes cargos hasta llegar a ser papa, el primero de la orden de San Agustín. Cuando estaba en Lima y su congregación organizaba retiros participaba.
Fue en uno de esos retiros espirituales de los agustinianos que entabló gran amistad con el conocido sacerdote Pablo Larrán, a quien confesó, en esas largas charlas que mantenían, que su corazón era peruano y quería nacionalizarse, lo que finalmente hizo el religioso.
GENEROSIDAD DEL PERUANO
"Sí, en el seminario que tenemos los agustinos en el sur el padre Roberto, más de una vez, expresó su interés cuando estaba aquí [...] En uno de esos viajes que venía, me comentaba ‘oye, Pablo […], me gustaría nacionalizarme’, dijo el cura español en entrevista con RPP.
"Creo que, como a miles de personas que hemos llegado al Perú, ese cariño, ese afecto y sobre todo una cosa muy linda en la vida que es que, donde trabajes, si te sientes bien, vas a querer hacerlo […] Y eso es la generosidad de nuestro pueblo, el Perú, y él lo resaltó", agregó.