Juan Carlos Huamán Contreras, conocido por sus compañeros como “El Rojito”, fue asesinado a balazos por delincuentes cuando estaba a punto de estacionar su vehículo frente a su vivienda, en el asentamiento humano 2 de enero, en San Juan de Lurigancho. El ataque ocurrió tras culminar su jornada laboral, a escasos metros de su casa, y fue perpetrado por presuntos extorsionadores que le dispararon hasta seis veces.
Los vecinos, alertados por los disparos, salieron a auxiliarlo y lo trasladaron de inmediato al Hospital de San Juan de Lurigancho en el mismo vehículo en el que fue atacado. Sin embargo, el conductor de 47 años, padre de tres hijos, falleció camino al centro de salud. Su esposa y familiares quedaron devastados por el trágico suceso, que ha generado profunda consternación en la comunidad.
Según testimonios, Huamán venía siendo víctima de amenazas por parte de extorsionadores, quienes le exigían el pago de 100 soles semanales a cambio de no atentar contra su vida. Él ya había sufrido un atentado el año pasado, cuando su anterior vehículo fue incendiado. Compañeros de ruta aseguran que el temor se ha generalizado entre los colectiveros que operan desde Huáscar hasta el paradero San Martín del Metro de Lima.
CRIMINALES VAN COMO PASAJEROS
Los conductores denuncian que los delincuentes, incluso, abordan los vehículos para intimidarlos durante sus recorridos nocturnos. Los usuarios tampoco se sienten seguros: muchos evitan sentarse cerca del chofer y toman precauciones por temor a ser víctimas de un ataque armado. La creciente inseguridad ha dejado a la población con la sensación de que, en cualquier momento, pueden convertirse en blanco de la violencia.
