Durante la Semana Santa, una de las tradiciones más populares entre los fieles es la visita de las siete iglesias. Se trata de una práctica que se lleva a cabo entre el Jueves Santo y Viernes Santo, que refleja los diferentes momentos que vivió Jesús, desde su prendimiento hasta su crucifixión.
Sin embargo, muchos se preguntan cuál es el origen de este hábito cristiano. Todo se remonta al siglo XVI en la ciudad de Roma, donde los fieles visitaban las siete iglesias en la noche del Jueves Santo y la mañana del Viernes Santo, después de misa, como un acto de piedad y penitencia.
En aquella época, estas siete iglesias incluían la Basílica de San Pedro, la Basílica de San Pablo Extramuros, la Basílica de Santa María la Mayor, entre otros principales templos de Roma. El propósito de los fieles era recordar la Pasión de Cristo y acompañarlo en su agonía en el Huerto de Getsemaní.
Con el paso del tiempo, esta tradición se expandió a otras partes del mundo y se adaptó a culturas locales y costumbres de cada pueblo. Si bien en algunos países se sigue recorriendo las siete iglesias, en otros lugares se hace un recorrido simbólico en una sola iglesia con siete altares diferentes.
SIGNIFICADO DE VÍA CRUCIS
De esta manera, el Vía Crucis se puede definir como el camino de oración basado en la meditación de la pasión y muerte de Jesús. A lo largo de las siete iglesias se representan momentos de la Pasión como el camino que siguió Jesús hacia el Calvario, su muerte y su posterior resucitación.