Proeza médica. Médicos especialistas del Hospital Nacional Guillermo Almenara de EsSalud salvaron la vida de un bebé recién nacido, al extirparle con éxito un tumor gigante que ocupaba casi la totalidad de su cráneo. Una compleja cirugía que confirmó la alta capacitación de los galenos y un excelente tratamiento que permiten que Leonardo se haya recuperado.
Dios nos trajo hasta aquí
Una ecografía permitió descubrir una malformación en la cabeza del pequeño Leonardo, quien se encontraba aún en el vientre de su madre y con un tumor de más de seis centímetros que ocupaba casi el 90 % de la parte superior izquierda del cráneo. Todo un reto para el equipo multidisciplinario del hospital Guillermo Almenara del Seguro Social de Salud (EsSalud).
“Yo llevaba mis controles en una clínica particular, pero un día comencé a tener dolores y, como me encontraba cerca al hospital Guillermo Almenara, fui a la emergencia. Definitivamente Dios me trajo hasta aquí”, cuenta la mamá de Leito, mientras lo sostiene entre sus brazos completamente recuperado tras haber ocurrido, lo que ella llama un “milagro de amor”.
Evitar riesgos
Conocido el caso, de inmediato se realizó la primera junta médica con el objetivo de evaluar las condiciones para realizar una cirugía que permita evitar riesgos en el bebé y la madre. Se concluyó que la gestación, que iba en siete meses, podía llegar a término bajo el monitoreo médico constante y, llegado el momento, se realizaría un parto por cesárea. Allí se conocería realmente el tipo de tumoración que hasta entonces solo se sabía era gigante.
La valentía de un pequeño bebé
Con un poco más de tres kilos de peso nació Leonardo. Desde entonces los médicos especialistas de neonatología, neurocirugía y cirugía de cabeza y cuello del hospital Almenara iniciaron los procedimientos de alto riesgo, junto a la invaluable labor de los especialistas de cardiología, genética, anestesiología y las enfermeras de neonatología.
El primer paso era quitar la vascularización del tumor, es decir cortar la función de los vasos sanguíneos ramificados alrededor del tumor, de esta manera, al momento de extirparlo, se evitaba una hemorragia mortal. “Este procedimiento duró cerca de dos horas y pudimos hacerlo gracias al moderno angiógrafo biplano que tenemos en nuestro hospital y que es único en el país. Así pudimos cateterizar las arterias en el tumor y dejarlo listo para el procedimiento final”, explicó el Dr. Rodolfo Rodríguez, jefe del servicio de Neurorradiología del hospital Almenara.
Malformación gigante
Ya en la sala de operaciones, el paciente fue intervenido por un equipo compuesto por tres cirujanos y dos anestesiólogos, para la extirpación de la malformación gigante. “Sabíamos que ocurriría una importante pérdida de piel y tejidos, por eso utilizamos la moderna técnica del colgajo para la reconstrucción de la zona; es decir, colocamos su misma piel para cerrar la herida y así durante su crecimiento esta cicatrización sea menos visible y de mejor apariencia”, detalló el Dr. Marco Antonio Rozan, cirujano del servicio de cabeza, cuello y maxilofacial de este nosocomio.
A casa, para celebrar la vida
“De no haber llegado hasta la emergencia de este hospital, jamás habría sabido del tumor en la cabecita de mi bebé. Nuestra historia habría sido muy distinta, por eso estoy eternamente agradecida con el trato humano y profesional de los médicos que durante más de un mes nos han acompañado en todo el proceso y hoy puedo irme a casa con mi bebé sanito entre mis brazos”, dijo emocionada la mamá de Leito.
Con dos meses de vida, Leito deja el área de hospitalización, recuperado completamente y con un excelente pronóstico para su desarrollo sano y sin complicaciones. En tanto, los médicos continuarán realizando los estudios clínicos para determinar si el tumor extirpado puede catalogarse o no como un “hemangioma infantil”, una tumoración benigna poco frecuente en bebés, pero cuyas causas se relacionan con la edad avanzada de la madre, la gestación múltiple, la placenta previa o la preeclampsia.
Controles prenatales
Por ello, la importancia de los controles prenatales en hospitales especializados para un diagnóstico oportuno que permita una correcta y oportuna atención frente a cualquier complicación, con el único objetivo de salvaguardar la vida de la madre y la del bebé.