¿Cuál es el trabajo ideal? La cultura imperante nos lleva automáticamente a pensar que es el que puede pagarnos más. Otros por el contrario, pensarán que es aquel que se hace en menos horas y permite a la persona tener más tiempo libre para otras actividades.
El trabajo ideal es el que te hace feliz. Esto es cierto, y aunque la respuesta puede parecer simple, esconde una gran complejidad ¿Quién puede definir lo que es la felicidad? Para no entrar en debates filosóficos, digamos que la felicidad es una suma de factores. Y en el trabajo, estos son:
Disfrutar lo que haces
Según la mayor parte de los empleados, esto es lo que los hace felices día a día en sus trabajos. Parece mentira, pero ni el salario ni la estabilidad pesan más. Pero no te confundas, no se trata solo de vocación, sino de un entorno laboral adecuado.
¿Y cuál es este? Uno donde te sientas reconocido, valorado y te dé un margen para desarrollar tus habilidades.
Tener una buena relación con tus compañeros
Se trata de uno de los elementos que más influyen en el bienestar diario. La armonía social, el apoyo real y cercano de tus compañeros fomenta una sensación de comunidad que fortalece. La empatía, la asertividad y los valores emocionales son claves.
Tener seguridad psicológica
Y no es la seguridad que puedes sentir con la estabilidad laboral. Los funcionarios estatales, por ejemplo, no es el más feliz. A los pocos meses de empezar, ese factor pierde importancia. Se trata más bien de tener un ámbito relajado y cercano.
Este tiene que ser proporcionado por un líder activo y una estructura organizacional innovadora. Así, en las redes de compañeros no existirán roles que impidan el desarrollo de los demás. Se trata de un entorno donde toda idea sea escuchada y se incentive el liderazgo de los demás.
Tener un buen horario
Los profesionales de hoy valoran algo más que el dinero: un buen horario capaz de conciliar lo laboral y lo personal. La clave es que las empresas empiecen a valorar más la obtención de resultados que la cantidad de horas en la oficina. En estos casos, menos horas implica más productividad.
Otro aspecto importantísimo muy valorado por los empleados es la flexibilidad para gestionar actos de su vida privada sin que el líder fiscalice los tiempos exactos empleados. Si hay confianza mutua y compromiso de ambas partes no hay problemas, solo beneficios.
Tener un buen salario
Es un componente importante de la felicidad laboral. Una gratificación económica que se ajuste a tu talento. Para garantizar un trabajador contento debe haber una relación directa entre méritos y salario acorde a la realidad. Las condiciones salariales deben revisarse cada cierto tiempo.
No obstante, no hay que olvidar que la felicidad por un ascenso o aumento es efímera. La felicidad pronto queda atrás ante la nueva carga de estrés y responsabilidades. Un equilibro entre salario y obligaciones, entonces, sería la clave.
La felicidad en el trabajo es posible. Con pasión, actitud positiva y algunas rutinas sencillas para implementar en la empresa, los resultados no tardarán en aparecer tanto en lo laboral como en lo personal. Por ello, cada vez más empresas convierten a la felicidad en una cuestión clave.