Augusto Ferrando era el dueño de las tardes sabatinas de la televisión peruana y casi siempre se las ingeniaba para llegar a todo tipo de público con música, humor y juegos.
Aunque sus críticos aseguraban que era un programa gobernado por el desorden y la exageración, Trampolín a la Fama descubrió y permitió la aparición de centenares de artistas que hoy brillan con luz propia.
Pero, sin duda, Augusto Ferrando fue el amo, señor y creador de los formatos de realitys que hoy son comprados a manera de franquicias en televisión internacional.