Kirill Tereshin, conocido internacionalmente como el “Popeye ruso” por el tamaño desproporcionado de sus bíceps, atraviesa el peor momento de su vida. El fisicoculturista y luchador de 29 años enfrenta la posibilidad de perder ambos brazos debido a una grave infección causada por inyecciones de synthol, un aceite utilizado para aumentar artificialmente la masa muscular.
El caso de Tereshin se popularizó en 2017, cuando compartió imágenes de sus bíceps exageradamente grandes, provocando comparaciones con el personaje Popeye el marino. Sin embargo, el exceso de synthol, combinado con vaselina y otras sustancias, tuvo consecuencias devastadoras: sus bíceps “estallaron literalmente”, dejando tejido necrosado y un orificio considerable en sus extremidades superiores.
A los 20 años, Kirill se inyectó una mezcla compuesta por 85% de aceite, 7,5% de lidocaína y 7,5% de alcohol, buscando un rápido incremento del tamaño muscular sin respetar rutinas de entrenamiento ni alimentación saludable. Los médicos advierten que la infección severa podría obligarlo a una doble amputación si no se logra controlar el daño, debido a la fibrosis tisular progresiva y necrosis provocada por la sustancia química.
RIESGO VITAL Y TRATAMIENTO COMPLEJO
El tratamiento requiere un equipo multidisciplinario conformado por cirujano vascular, plástico y reconstructivo. No obstante, las operaciones de injerto de piel solo podrán realizarse cuando la infección disminuya, lo que aumenta el riesgo de complicaciones fatales. Tereshin se ha mostrado arrepentido y consciente de la gravedad de su situación, reconociendo que su obsesión por la imagen corporal lo ha llevado a un peligro extremo.



