Internacionales

Ayer, 09:28 PM

EE. UU. no puede romper su lazo económico con China pese a la guerra arancelaria

A pesar de los intentos de Donald Trump por reducir la dependencia comercial, la economía estadounidense sigue profundamente vinculada a la producción china.

EE. UU. no puede romper su lazo económico con China pese a la guerra arancelaria

A pesar de los intentos de Donald Trump por reducir la dependencia comercial, la economía estadounidense sigue profundamente vinculada a la producción china.




Pese al tono desafiante que domina la actual disputa comercial, Estados Unidos no logra desprenderse del vínculo económico con China. Aun con los aranceles impuestos por el presidente Donald Trump y las represalias de Pekín, el flujo de bienes entre ambas potencias continúa siendo vital para ambas economías. Analistas del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS) señalan que la relación, aunque tensa, sigue siendo mutuamente beneficiosa y difícil de desmantelar sin consecuencias para los consumidores y las industrias de ambos países.

La dependencia tecnológica y de materias críticas persiste

El intercambio desigual revela la magnitud del desafío: en 2024, las exportaciones chinas hacia Estados Unidos alcanzaron los 526.000 millones de dólares, más del triple de lo que Washington vendió a Pekín. De esa cifra, una cuarta parte corresponde a dispositivos electrónicos como computadoras y teléfonos inteligentes, lo que evidencia que un alza de aranceles repercutiría directamente en los hogares estadounidenses. Además, Estados Unidos depende en más del 90 % de las importaciones de tierras raras, materiales indispensables para la producción de vehículos eléctricos, chips y equipos militares, de los cuales más del 80 % proviene de China.

En respuesta a los aranceles punitivos y a las restricciones estadounidenses sobre microchips avanzados, China ha contraatacado limitando sus exportaciones estratégicas y reduciendo drásticamente sus compras de soja a EE. UU. Desde mayo de 2025, Pekín no ha adquirido ni una tonelada del grano estadounidense, optando por abastecerse de Brasil y Argentina. Según expertos, estas medidas reflejan la creciente confianza del gigante asiático y su habilidad para reorganizar su red de socios comerciales sin depender de Washington.

Aun así, el equilibrio no ha desaparecido por completo. China todavía necesita ciertas tecnologías y componentes estadounidenses, especialmente en el ámbito aeroespacial y los semiconductores de última generación. Los especialistas coinciden en que la llamada “Chimerica”, esa interdependencia económica entre Washington y Pekín, está debilitada pero sigue viva. En la próxima cumbre de la APE, se espera que Xi Jinping y Donald Trump busquen contener la escalada arancelaria, conscientes de que un divorcio total entre las dos mayores economías del mundo sería tan costoso como improbable.


Temas Relacionados: ChinaDonald TrumpEe. Uu.EeuuEstados UnidosPekínUsaWashingtonWashington DcXi Jinping

También te puede interesar:

BANNER