Una protesta en Ciudad de México por el undécimo aniversario de la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa derivó en un violento episodio. Un grupo de encapuchados embistió la puerta de un cuartel militar con un camión de carga y posteriormente lo incendió. Bomberos acudieron para sofocar el fuego, mientras los participantes en la acción se retiraron sin que se registraran detenidos ni heridos.
Melitón Ortega, tío de uno de los jóvenes desaparecidos, aseguró que este tipo de actos buscan visibilizar el reclamo de las familias. “No queremos discursos de compasión, exigimos respuestas claras sobre dónde están nuestros hijos”, declaró ante medios locales. Los familiares reiteraron que la Secretaría de Defensa mantiene bajo reserva información que, según ellos, sería clave para esclarecer el caso.
Ayotzinapa y la deuda de justicia
El 26 de septiembre de 2014, los 43 normalistas desaparecieron en Iguala, Guerrero, mientras se trasladaban en autobuses para participar en una movilización. Desde entonces, solo se han identificado restos óseos de tres estudiantes, sin que hasta hoy exista una sentencia firme contra los responsables. Diversos informes, incluidos los de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y del gobierno de López Obrador, apuntan a la posible participación de mandos militares, lo que ha llevado a catalogar el hecho como un crimen de Estado.
La protesta de este año se suma a una serie de movilizaciones que cada aniversario exige verdad y justicia. En 2024, cuando se cumplió una década del caso, manifestantes impactaron una camioneta contra la puerta del Palacio Nacional. Para este viernes se espera una nueva marcha hacia el Zócalo capitalino, donde familiares y organizaciones sociales volverán a reclamar que el Estado responda por una de las peores violaciones de derechos humanos en la historia reciente de México.