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Hongo de la tumba de Tutankamón: la “maldición del faraón” podría curar la leucemia, según estudios

Científicos de la Universidad de Pensilvania descubren que el Aspergillus flavus, vinculado a muertes misteriosas en tumbas antiguas, contiene compuestos con alto potencial anticancerígeno.

Hongo de la tumba de Tutankamón: la “maldición del faraón” podría curar la leucemia, según estudios

Científicos de la Universidad de Pensilvania descubren que el Aspergillus flavus, vinculado a muertes misteriosas en tumbas antiguas, contiene compuestos con alto potencial anticancerígeno.




Durante un siglo fue símbolo de muerte y misterio. Hoy, el Aspergillus flavus, el temido hongo asociado a la “maldición de Tutankamón”, podría convertirse en una herramienta clave contra el cáncer. Investigadores de la Universidad de Pensilvania han descubierto que este organismo produce unas moléculas llamadas asperigimicinas, con propiedades antileucémicas comparables a fármacos ya aprobados por la FDA.

El hallazgo, publicado en la revista Nature Chemical Biology, ofrece un giro sorprendente a la narrativa histórica del hongo: lo que antes fue motivo de temor, ahora podría salvar vidas. La investigación estuvo liderada por la bioingeniera Sherry Gao, quien afirmó que este descubrimiento “demuestra que aún quedan muchos medicamentos naturales por encontrar”.

¿Cómo actúan las asperigimicinas?

Las asperigimicinas son péptidos cíclicos cuya estructura permite bloquear la formación de microtúbulos, esenciales en la división de células cancerígenas. Además, una variante combinada con lípidos de jalea real mostró una eficacia terapéutica notable.

Uno de los descubrimientos clave fue el rol del gen SLC46A3, que facilita la entrada de estos compuestos a las células leucémicas a través de los lisosomas. Según Qiuyue Nie, primera autora del estudio, esto abre la posibilidad de desarrollar terapias más precisas para combatir ciertos tipos de cáncer.

El Aspergillus flavus saltó a la fama tras la apertura de la tumba de Tutankamón en 1922, cuando varias muertes misteriosas en el equipo de excavación fueron atribuidas a una supuesta “maldición del faraón”. Décadas después, episodios similares ocurrieron en la tumba del rey Casimiro IV de Polonia. Las autopsias revelaron la presencia del hongo, cuyas esporas pueden causar infecciones mortales, sobre todo en personas inmunodeprimidas.

Lejos de alimentar supersticiones, la ciencia ha rescatado el valor oculto de este organismo. El equipo de Gao destaca que apenas se ha arañado la superficie del potencial farmacológico del Aspergillus flavus, y que podrían encontrarse compuestos similares en otros hongos.


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