La guerra pública entre Elon Musk y Donald Trump ya tiene consecuencias económicas: el fundador de Tesla perdió US$ 34 mil millones en un solo día, una de las mayores caídas de patrimonio registradas. Todo ocurrió tras el ataque frontal de Trump a su antiguo aliado, con amenazas de cortar los contratos gubernamentales que sostienen parte del imperio de Musk.
DESPLOME MILLONARIO
La pérdida representa la segunda mayor registrada en la historia del Índice de Multimillonarios de Bloomberg. Solo es superada por otra caída sufrida por el propio Musk en 2021. El desplome fue inmediato luego de que Trump, molesto por las críticas de Musk al proyecto “Big, Beautiful Bill”, anunciara públicamente que evaluará cancelar contratos federales con Tesla, SpaceX y otras firmas del empresario.
La tensión escaló cuando Musk calificó el plan fiscal como una “abominación repugnante” y citó en X la célebre frase “Anda, alégrame el día”. Más tarde, anunció que comenzará a desmantelar la nave Dragon de SpaceX, clave para las operaciones espaciales de EE.UU.
IMPACTO EN TESLA Y OTRAS EMPRESAS DEL ECOSISTEMA MUSK
Tesla perdió un 14% en la bolsa el jueves, cerrando a US$ 284,70 por acción. JPMorgan estima que el retiro de créditos fiscales incluido en la ley podría recortar más de US$ 1 200 millones en ganancias anuales del fabricante de autos eléctricos. Esto amenaza no solo sus ingresos, sino su posicionamiento en el mercado, cada vez más asociado a políticas conservadoras que alejan a sus consumidores originales.
Otras compañías de Musk también podrían verse afectadas. Neuralink, xAI y Starlink dependen directa o indirectamente de autorizaciones federales o contratos con el gobierno. Incluso SpaceX, valorada en US$ 350 mil millones, se enfrenta a un futuro incierto si se concreta el retiro de fondos estatales, que suman US$ 22 mil 500 millones desde el año 2000, según Bloomberg Government.
DIVORCIO POLÍTICO CON ALTO COSTO FINANCIERO
La ruptura marca un giro drástico en una alianza que, tras la reelección de Trump, llevó a Musk a liderar el Departamento de Eficiencia Gubernamental. Ahora, el empresario no solo se despide de los pasillos de la Casa Blanca, sino también de una parte significativa de su riqueza. Mientras tanto, los mercados observan con cautela un conflicto que mezcla política, negocios y poder en su máxima expresión.