Un terremoto de magnitud 6.2 sacudió este miércoles la ciudad de Estambul, provocando escenas de pánico entre los 16 millones de habitantes. Aunque no hubo fallecidos, más de 150 personas resultaron heridas y decenas de réplicas mantienen la tensión en la metrópoli turca.
El epicentro del movimiento telúrico se localizó en el mar de Mármara, a una profundidad de 6.9 kilómetros, y se sintió en varias provincias del noroeste del país. El temblor duró 13 segundos y causó que muchos vecinos saltaran desde balcones por miedo a un colapso, lo que explica la mayoría de los heridos. Las autoridades confirmaron que 151 personas fueron atendidas en hospitales, aunque ninguna presenta riesgo vital.
RÉPLICAS Y TEMOR PERSISTENTE
Hasta la tarde, el Ministerio del Interior contabilizó al menos 51 réplicas, una de ellas de magnitud 5.9. La intensidad de los temblores llevó a cientos de ciudadanos a instalar tiendas de campaña en parques y plazas. Las escuelas permanecerán cerradas al menos dos días como medida preventiva, mientras crece la inquietud por un eventual “gran terremoto” anunciado por expertos.
A pesar de la magnitud del sismo, no se reportaron daños estructurales importantes, salvo el colapso de un edificio abandonado en el distrito de Fatih. Sin embargo, geólogos advierten que este movimiento pudo haber incrementado la tensión en la falla de Kumburgaz, lo que podría acelerar la llegada de un sismo mayor. “No es el gran terremoto que esperamos, pero lo acerca”, advirtió el especialista Naci Görür.
