En un nuevo giro en la guerra comercial entre Estados Unidos y China, el presidente Donald Trump declaró que los altos aranceles impuestos a las importaciones chinas “se reducirán sustancialmente”. Las declaraciones, dadas desde el Despacho Oval, reflejan un intento de distensión en un conflicto que ha tensado las relaciones económicas entre las dos mayores potencias del mundo.
Actualmente, EEUU mantiene un arancel del 145% sobre productos chinos, pero Trump aseguró que “no será tan alto” en el futuro. Aunque no precisó una fecha exacta, afirmó que tanto su gobierno como el de Xi Jinping están abiertos al diálogo. “Vamos a ser muy amables, ellos también lo serán”, comentó ante la prensa. No obstante, lanzó una advertencia: si Pekín no coopera, él mismo sellará un pacto por su cuenta.
PRESIÓN INTERNA POR UNA TREGUA ECONÓMICA
Las declaraciones de Trump llegan poco después de que su secretario del Tesoro, Scott Bessent, reconociera que el conflicto arancelario es “insostenible” y abogara por una desescalada. A esta postura se sumó el secretario de Comercio, Howard Lutnick, quien también respalda un alto al fuego comercial. Ambos buscan moderar la influencia del asesor Peter Navarro, principal impulsor de la línea dura contra China.
CHINA Y SUS PROPIOS ARANCELES
Mientras tanto, China mantiene un arancel del 125% sobre productos estadounidenses y ha vetado entregas de aviones Boeing, en respuesta a las medidas de Washington. La tensión entre ambos países podría comenzar a disminuir si las conversaciones que Trump mantiene con Pekín fructifican en un acuerdo, previsto tentativamente para las próximas semanas. El Gobierno estadounidense también espera cerrar acuerdos comerciales con otros países en el mismo periodo.