Myanmar sigue siendo golpeado y padeciendo las consecuencias del devastador terremoto de magnitud 7,7 ocurrido el último viernes, que ha dejado más de 1.600 muertos y más de 3.400 desaparecidos.
Este domingo, una réplica de 5,1 grados sacudió Mandalay, generando mayor preocupación entre las autoridades y equipos de rescate. Aunque no se han reportado nuevos daños, la situación en las zonas afectadas sigue siendo crítica.
Infraestructura colapsada y hospitales desbordados
Hasta el momento, más de 1.690 casas, 670 monasterios, 60 escuelas y tres puentes han sido dañados. Además, se teme por la seguridad de las principales represas del país. La infraestructura sanitaria se encuentra colapsada, con hospitales desbordados y problemas en las comunicaciones de internet en Mandalay, lo que dificulta las labores de asistencia.
Las operaciones de rescate continúan con dificultades, ya que muchas zonas aún son de difícil acceso. Se estima que más de 90 personas siguen atrapadas bajo los escombros de un edificio colapsado.
Asisten a afectados
La ONU y organizaciones humanitarias han comenzado a movilizar recursos para asistir a las 20 millones de personas afectadas, mientras que las reservas locales de ayuda siguen siendo fundamentales para la respuesta inmediata.