Un giro impactante en la investigación del asesinato del exteniente venezolano Ronald Ojeda ha puesto en el centro del caso al líder chavista Diosdado Cabello. Según el testigo protegido Nº7, la orden para secuestrar y ejecutar al militar disidente provino directamente del número dos del chavismo, quien coordinó la operación con el Tren de Aragua, la temida organización criminal transnacional.
ROL DEL TREN DE ARAGUA Y EL PAGO EN PERÚ
El testigo reveló que la misión fue encomendada a Rafael Gámez Salas, alias "El Turko", líder de la célula “Los Piratas”, brazo operativo del Tren de Aragua en Chile. El encargo lo recibió a través de Carlos Gómez, alias "Carlos Bobby", quien a su vez actuaba bajo las órdenes de Héctor "El Niño" Guerrero, líder máximo de la organización y actualmente prófugo.
Tras consumar el crimen, el pago acordado por Cabello fue entregado en Perú, pero no llegó a los ejecutores de menor rango, lo que generó descontento dentro de la organización. El testigo también habría participado en la disposición del cuerpo de Ojeda, proporcionando pruebas clave a la Fiscalía chilena.
CHOQUE DIPLOMÁTICO ENTRE CHILE Y VENEZUELA
El caso ha generado un quiebre entre el gobierno de Gabriel Boric y el régimen de Nicolás Maduro. Mientras Chile sostiene que el asesinato de Ojeda fue un crimen político, el Fiscal general de Venezuela, Tarek William Saab, rechazó las acusaciones y calificó la investigación como una "operación de falsa bandera".
La célula "Los Piratas" está involucrada en al menos 10 delitos, incluidos secuestros y homicidios en Chile. Actualmente, 19 de sus integrantes enfrentan un proceso judicial, mientras que los líderes de la organización han sido capturados en Estados Unidos y Colombia. La Fiscalía chilena sigue reuniendo pruebas para establecer el nivel de implicación de altos mandos del régimen venezolano en el crimen.
