Alemania se encuentra en medio de una crisis política histórica. El presidente Frank-Walter Steinmeier anunció la disolución del Parlamento y la convocatoria de elecciones anticipadas para el 23 de febrero, luego de que la coalición liderada por el canciller Olaf Scholz colapsara.
El canciller Olaf Scholz solicitó la disolución del Bundestag tras el colapso de su Gobierno de coalición, que terminó en una moción de censura el pasado lunes. Esta moción, la sexta en Alemania desde 1949, marcó el fin prematuro de su mandato, convirtiéndose en el tercero en la historia del país en sufrir un desenlace tan abrupto.
El fracaso de la alianza entre el Partido Socialdemócrata Alemán (SPD) y sus socios llevó al país a una incertidumbre política sin precedentes. En un movimiento inusual, Scholz buscó apoyo del presidente Steinmeier para adelantar las elecciones, en un esfuerzo por estabilizar el panorama político antes de que se agraven las tensiones internas y externas.
ELECCIONES ANTICIPADAS: UNA CITA CRUCIAL PARA ALEMANIA
El presidente Steinmeier, siguiendo los acuerdos preliminares entre el SPD y la Unión Cristianodemócrata (CDU), fijó el 23 de febrero como la fecha para las elecciones. Esta decisión coloca a Alemania en el centro de atención internacional, ya que el resultado de estos comicios podría redefinir su papel en Europa y el mundo.
Con la estabilidad política en juego, los alemanes volverán a las urnas en un momento crítico para el país, donde temas clave como la economía, el cambio climático y las relaciones internacionales serán determinantes para el futuro gobierno.