El accidente de un avión Embraer 190 en Kazajistán, que cobró la vida de 38 personas, está desatando un torbellino de acusaciones. Un funcionario estadounidense afirmó que los primeros indicios sugieren que el sistema antimisiles de Rusia podría haber impactado la aeronave, alimentando una crisis que pone en la mira la seguridad aérea en regiones en conflicto.
AVIÓN SINIESTRADO Y SOSPECHAS INICIALES
El avión de Azerbaijan Airlines, que cubría la ruta desde Bakú hacia Grozni, se estrelló el miércoles cerca de Aktau, en el oeste de Kazajistán. Según un funcionario de Estados Unidos que habló bajo condición de anonimato, los indicios iniciales apuntan al sistema antiaéreo ruso como responsable del impacto. Estas declaraciones emergen tras reportes de medios que citan a autoridades kazajas sosteniendo una hipótesis similar.
Rusia, sin embargo, respondió rápidamente calificando estas afirmaciones como “especulaciones irresponsables”. El Kremlin se muestra cauteloso ante cualquier conclusión prematura, especialmente considerando la sensibilidad de las relaciones internacionales y los recientes ataques con drones en zonas fronterizas como Chechenia, Ingusetia y Osetia del Norte.
TENSIONES CRECIENTES EN LA REGIÓN
El siniestro tiene lugar en un contexto de elevada tensión militar. Las actividades de drones ucranianos en regiones limítrofes de Rusia han incrementado la vigilancia y los incidentes relacionados con sistemas de defensa aérea. Si bien Moscú aún no ha reconocido una conexión directa, en Washington consideran que, de confirmarse la participación de un sistema ruso, esto evidenciaría lo que describen como "temeridad" de Rusia, especialmente tras su invasión a Ucrania en 2022.
Mientras los investigadores trabajan para esclarecer lo sucedido, las implicaciones del accidente podrían extenderse más allá de la tragedia local, afectando las dinámicas políticas y militares en Eurasia.
