Una mujer de Monmouthshire, en Gales (Reino Unido), vivió una situación aterradora al regresar a su hogar el 16 de julio y descubrir que un hombre había entrado en su casa. Damian Wojnilowicz, de 36 años, no solo robó varios artículos, sino que también cocinó, tendió ropa, limpió la casa y organizó sus compras. Para sorpresa de la víctima, el ladrón incluso dejó una nota con el mensaje: "No te preocupes, sé feliz, come y ráscate."
La fiscal Alice Sykes explicó que, además de extraer y desechar varios objetos, Wojnilowicz utilizó utensilios de cocina y reemplazó cabezales de cepillos de dientes. También vació una botella de vino y limpió el piso antes de huir. La víctima, asustada por la intrusión, decidió abandonar su hogar y refugiarse en casa de un amigo, temiendo que el incidente pudiera escalar.
DETENIDO EN FLAGRANCIA
Semanas después, el mismo malhechor fue sorprendido en un segundo robo, donde utilizó la ducha y consumió comida en otra vivienda. Fue detenido cuando el propietario, alertado por el sistema de CCTV, envió a un familiar a la casa, encontrando al intruso en estado de ebriedad.
Las huellas dactilares del ladrón coincidían con las encontradas en la primera escena del crimen, lo que permitió su arresto. Wojnilowicz se declaró culpable de ambos robos y fue condenado a 22 meses de prisión. Su abogada, Tabitha Walker, argumentó que su cliente no tenía hogar en el momento de los delitos y enfrentaba problemas personales.
El juez Christian Jowett, al dictar sentencia, destacó la gravedad de la violación del hogar de las víctimas y subrayó los antecedentes penales del acusado, quien ya tenía cuatro condenas previas por delitos menores.