Afganistán llevan aún la huella del autodenominado Estado Islámico. Cuando el pacto de Estados Unidos con los talibanes aún no se ha traducido en un acuerdo de paz interno, en esa nación se registraron dos atentados que han dejado cuatro decenas de muertos.
En Kabul, tres miembros del Estado Islámico irrumpieron en la maternidad de un hospital, gestionada por Médicos Sin Fronteras (MSF), donde se atrincheraron durante horas y mataron a 16 personas, incluidos 2 recién nacidos.
En la vecina provincia de Nangarhar, al este de la capital, un terrorista suicida se hizo estallar durante el funeral de un policía, causando 24 muertos y 67 heridos.
“Los terroristas han atacado hoy el hospital de Barchi (…) y causado 16 mártires, incluidos dos recién nacidos, madres y matronas, a quienes dispararon”, ha declarado Tariq Arian, portavoz del Ministerio del Interior, en un comunicado difundido por la red social Twitter.