El autor confesó que la matanza en Japón de los últimos 75 años fue ordenado a muerte este lunes, tras un juicio en el que mantuvo su culpabilidad e insistió en que la felicidad de sus víctimas discapacitados fue su motivación.
El Tribunal de Distrito de Yokohama condenó a Satoshi Uematsu, a la pena capital por el asesinato de 19 residentes del centro de discapacitados de Sagamihara, a unos 50 kilómetros al oeste de Tokio, en un ataque con cuchillos donde resultaron otras 30 personas heridas.
Esta masacre sucedió el 26 de julio del 2016 en la residencia de discapacitados psíquicos y tras inmovilizar al personal de guardia apuñaló a sus residentes mientras descansaban.
El ataque duró unos 50 minutos, durante los que acabó con la vida de 19 internos con edades entre 19 y 70 años, e hirió a otros 24, siendo un total de 149 discapacitados que residían en las instalaciones.
También, el autor es acusado de provocar lesiones a dos de los cinco empleados del centro maniatándolos.
Durante las declaraciones, el autor del crimen trabajó durante tres años y medio, y residía a 500 metros de la institución.
El japones se entregó en una comisaría próxima a la residencia portando tres chuchillos que se empleó en el asalto.
“Salvar” a sus víctimas y hacerlos “Felices”, fue la declaración que brindo ante la policía.
El Juez Tribunal de Distrito de Yokohama, señaló que el fallo tiene en cuenta “la enorme crueldad” del delito y sus “Graves consecuencias”.