El doctor Yuman Fong y su grupo de científicos, del prestigioso Centro oncológico integral City of Hope en Los Ángeles, diseñó un virus basado en la viruela de la vaca, que ha mostrado ser capaz de eliminar todos los tipos conocidos de células cancerosas conocidas hasta ahora.
El virus, bautizado como CF33, fue desarrollado por la empresa australiana de biotecnología Imugene, que autorizó su innovación para combatir el cáncer. La vacuna es un virus de ADN bicatenario de la familia Poxviridae.
Yuman Fong realizó una serie de investigaciones antes de diseñar el esperanzador virus, que tal y como comprobó podía reducir toda clase de tumores en ratones. Luego del hallazgo, viajó a Australia para comenzar de manera inmediata los ensayos con humanos, que comenzarán a realizarse a principios del próximo año.
Pacientes con cáncer de mama triple negativo, melanoma, cáncer de pulmón, vejiga, cáncer gástrico e intestinal participarán en estos ensayos clínicos. De este modo, los investigadores podrían identificar en qué tipo de enfermedades es más efectivo.
Es importante señalar que Fong decidió trabajar con el virus de la viruela de las vacas porque sabía que era inofensivo para los humanos. Teniendo ya la base, decidió elaborar un "cóctel" con otros virus que, finalmente han dado unos resultados excelentes.
¿CÓMO FUNCIONA EL TRATAMIENTO?
El virus oncolítico será inyectado directamente en los tumores, donde se espera que haga su trabajo: infectar las células cancerosas y hacerlas "explotar". A continuación, el virus debería alertar al sistema inmunitario de que hay células cancerosas en el organismo, lo que provocará que las células inmunitarias y maten a las células dañinas.
La vacuna es un virus de ADN bicatenario genéticamente estable de la familia Poxviridae. Tiene un historial de uso seguro en millones de humanos, ya que fue el componente activo de la vacuna que erradicó la viruela, una de las enfermedades más devastadoras conocidas por la humanidad y fue el primer virus oncolítico que demostró la oncólisis viral en el laboratorio en 1922.
La vacuna tiene un ciclo de vida corto y se propaga rápidamente de una célula a otra, pero no se integra en el genoma del huésped. Es altamente citolítico para una amplia gama de tipos de células tumorales. Tiene el potencial de actuar como un vehículo de administración de terapia génica y como agente oncolítico.