En Europa, varias ciudades y capitales están apostando desde hace varios años por una serie de políticas sostenibles y una ordenación urbana más ecológica.
De esa forma, no solo se promueve una vida saludable para sus residentes sino que contribuyen reduciendo las emisiones de CO2, incentivando el uso de medios de transporte no contaminantes, reciclaje de los residuos y un incremento en el número de espacios verdes.
Algunas de ellas son:
1. Oslo. Ciudad noruega que, además de ser considerado uno de los lugares más felices del mundo, es uno de los mejores ejemplos de políticas medioambientales. Cuentan con un modelo de uso de energía solar y ha puesto en marcha un ambicioso plan turístico sostenible.
2. Vitoria. La capital del País Vasco apostó por la ecología convirtiéndose en la ciudad española con más espacios verdes. Ha reducido sus emisiones gracias a un transporte público más verde y a construcciones más eficientes.
3. Copenhage. Esta es una de las ciudades más sostenibles de Europa. Ha reducido sus emisiones de CO2 en un 20% y cuenta con 388 kilómetros de vías ciclistas; el 50% de sus habitantes utilizan este medio de transporte para desplazarse.
4. Nantes. Fue una de las primeras urbes europeas en orientar su gestión en medidas sostenibles. Sus vecinos viven a menos de 300 metros de una zona verde y para desplazarse utilizan la bicicleta o comparten coche.
5. Liubliana. La capital de Eslovenia tiene muchos elementos para ser una ciudad verde, pero uno de sus proyectos más exitosos fue el cierre al tráfico de su centro histórico en 2007. Esto se traduce en ausencia de contaminación acústica y en una mejora de la calidad del aire.