En Nueva Zelanda, un redactor de una agencia de publicidad en Auckland contrató a un payaso para que asistiera como su acompañante a una reunión en la que sería notificado de su despido luego de estar cinco meses en la empresa.
"Para cualquiera que no haya sido despedido, lo que sucede es que programan una reunión seria y te aconsejan que lleves a una persona de apoyo. Imaginando las malas noticias, decidí que necesitaría a la mejor persona de apoyo posible", indicó Joshua Jack (trabajador).
Se sabe que durante la reunión, el payaso hizo explotar globos de animales y fingió llorar cuando le entregaron a Jack los documentos del despido.