Enfermedades como el cáncer, distrofia muscular, problemas cardíaco y convulsiones, son algunas que una madre atribuyó durante años a su hijo, lo que le permitió lograr que el menor fuera a más de 320 visitas en hospitales y fuera sometido a 13 operaciones en el quirófano.
Pero el pequeño, Christopher Bowen, quien ahora tiene diez años, en realidad estaba sano. Su madre, Kaylene Bowen-Wright, de 36 años, se lo había inventado todo.
Bowen-Wright pagará por sus malos actos. La mujer fue sentenciada, el pasado viernes, a seis años de prisión por fingir que su hijo tenía enfermedades y obtener que recibiera tratamientos médicos y cirugías que no necesitaba.
Finalmente, en el 2017, los médicos alertaron a los servicios de protección infantil de que el menor no tenía la mayoría de los síntomas indicados por la madre, por lo que perdió la custodia a finales de ese mismo año.
Los especialistas creen que, probablemente, la mujer sufre del síndrome de Münchhausen por poder, un trastorno psicológico que consiste en la simulación de enfermedades en personas dependientes (típicamente niños) para atraer atención a sí mismas.