La mujer dio a luz a una niña tres años antes, pero su esposo insistió en que el segundo debía ser hombre, pues así lo manda la tradición y la cultura china.
Los repetidos abortos a los que fue sometida, por exigencia y presión de su pareja, ya que no llegaba el esperado hijo varón, destruyeron la salud de la mujer, quien residía en la provincia de Anhui.
Luego de que la pareja se divorciara al no lograr tener un niño, la mujer pagó un tratamiento de recuperación con el dinero del acuerdo de terminación del embarazo, pero días después de ser internada murió.
La cultura tradicional china aplaude el nacimiento de niños sobre del de niñas, pero es ilegal que los doctores digan a los padres el sexo de los bebés en caso estos quieran terminar con el embarazo.
Se conoció que su exesposo no la visitó en el hospital, pese a que tienen una niña en común, y ahora planea casarse con otra mujer que lo haga padre de un varón como es su deseo, reportó el diario Jianghuai Morning News.