Un antiguo centro católico de acogida para madres solteras en la localidad irlandesa de Tuam ocultaba una cripta subterránea con “un gran número” de esqueletos de bebés y niños de entre 35 semanas y tres años de edad.
En el 2014, el gobierno irlandés formó una comisión para que realice la investigación de la mencionada casa de acogida gestionadas por religiosas católicas en el siglo pasado luego que se denunciara la posible existencia de 800 esqueletos de niños en una fosa cercana.
Los integrantes del grupo de trabajo quedaron conmocionados durante las excavaciones al encontrar gran cantidad de restos humanos en al menos 17 de las 20 cámaras subterráneas examinadas.
El orfanatorio fue administrado por las monjas del Instituto “Bon Secour” durante 40 años, de 1925 a 1961. Según los primeros informes, en este tipo de instituciones, las condiciones para madres solteras eran duras y muchos de los niños eran dados en adopción. Otros morían con facilidad por culpa de la desnutrición y las enfermedades infecciosas. La doctrina conservadora católica de aquella época negaba a estos niños el bautizo y, en consecuencia, el entierro en cementerios.