La ciencia siempre aspira a lograr cosas que para el común de las personas resulta ser un disparate pero que en realidad pueden ser muy interesantes. Lo último que está siendo objeto de estudio es la posibilidad de recrear la ‘sangre de Cristo’, es decir, el vino pero con las características de la época en que vivió Jesús.
Un grupo de investigadores de la Universidad de Ariel en Cisjordania está tratando de recrear la mencionada bebida tal y como era hace dos mil años y para ello varios enólogos están utilizando semillas de uva antiguas y pruebas genéticas. Los científicos están estudiando las semillas y los fragmentos de vasijas de barro que se encontraron en las ruinas de un templo judío.
Como resultado de varios años de trabajo, fueron capaces de identificar 120 variedades de uvas que crecían hace muchos siglos en Israel. De estos, 20 variedades fueron adecuadas para la producción de vino. Los investigadores calculan que será posible transferir el material genético encontrado a una de las variedades israelíes actuales y, finalmente, conseguir las uvas idénticas a las que crecían hace dos mil años.
Los enólogos ya han logrado cierto éxito. En 2014 fueron embotelladas 2480 botellas de vino a partir de uvas Maaravi. Esta variedad se considera que ha desaparecido por completo pero fue restaurada gracias a los descubrimientos de estos expertos. Según los científicos, este tipo de uva fue cultivada en el este de Belén alrededor del año 220 d.C.